El aprovechamiento sostenible de los sistemas ambientales requiere de intervenciones estratégicas basadas en procesos participativos, solidarios y cooperativos que garanticen la óptima utilización de los recursos dentro de un contexto de rentabilidad, riesgo moderado y justicia social. Asimismo, las intervenciones dirigidas a la conservación, restauración ecosistémica o mitigación de impactos deben incorporar protocolos operativos y de implementación adecuados, programas eficaces de prevención y manejo de riesgos, así como esquemas viables de financiamiento.