El capital natural es el “stock” de recursos naturales que sustentan los flujos de beneficios conocidos como bienes y servicios ecosistémicos los cuales no son comúnmente reflejados en las políticas públicas o corporativas por lo que raramente poseen un precio en el mercado. Esto ha propiciado que el aprovechamiento del capital natural carezca comúnmente de esquemas rigurosos de sostenibilidad provocando la sobre-explotación de los activos naturales y la acumulación de desechos en los sistemas ambientales. Esto conlleva la degradación y devaluación económica de los ecosistemas y el medio ambiente acarreando costos que son considerados como externalidades en los esquemas productivos actuales. El reto es implementar esquemas innovadores que permitan minimizar estos costos y/o internalizarlos de manera rentable, conservar los activos ambientales y garantizar la creación de valor y el crecimiento económico a largo plazo.